Estructura Social y Comportamiento de las Orcas
Las orcas son especies altamente sociales que interactúan entre sí, y que incluso pueden ir en busca de alimento de manera grupal. Resulta increíble su instinto de supervivencia al efectuar tácticas de caza en el que la participación de cada miembro es esencial.
Los grupos de orcas conocidas como vainas o manadas, pueden congregar entre 2 y 15 individuos. Algunas veces son vistas grandes agrupaciones con cientos de ellos, pero según los expertos esto es temporal y se muestra solo en casos de apareamiento, interacción social o abundante disponibilidad de alimento. Una vez concluido el momento, todos regresan a sus grupos pertenecientes. Se desconoce el rango territorial que cubren las vainas, pero se ha documentado que algunas han logrado trasladarse hasta 160 km. en un día.
Sus estructuras sociales son complejas y algunas poblaciones se organizan en sociedades matriarcales. También pueden haber varias vainas dentro de una comunidad e incluso, entre ellas puede haber intercambio de miembros para fines reproductivos. Mantienen una fuerte cohesión de grupo y la comunicación es imprescindible para la vinculación de los miembros. Los lazos de unión entre una hembra y su cría son los más fuertes dentro de un grupo social de orcas, pero una vez que crecen pueden dejar a la madre para viajar ya sea solos o con otros compañeros.
A diferencia de cuantiosas especies del reino animal, en las orcas las hembras son las dominantes. Las crías reciben disciplina y educación de sus madres, e incluso, “castigos” en caso de que hayan realizado alguna acción equivocada. Las muestras de “enojo” de una hembra pueden percibirse mediante golpes con su cola, cabezazos, ruidos realizados con los dientes y otros movimientos corporales imponentes.
En actividades como la caza podemos notar la unión que los caracteriza como género. Si tienes oportunidad, mira algún video de grupos de orcas intentando capturar un mamífero marino o un pingüino. Te asombrarás al ver la estrategia y la sincronización que presentan al intentar conseguir su objetivo. Entre los participantes se comparten a la presa y se ha observado que los individuos más experimentados enseñan a los más jóvenes a ejecutar técnicas de captura. Son animales marinos muy inteligentes y con gran sentido de supervivencia.
En el proceso de apresamiento, se puede ver a las orcas perseguir a su víctima hasta cansarla, rodearla y aturdirla con el fin de que esta se rinda. Cuando estos grandes cetáceos perciben a su próximo alimento, pueden realizar diferentes maniobras para conseguir su objetivo. En regiones polares logran derribar bloques de hielo donde las focas descansan tranquilamente. Para esto realizan movimientos en los que levantan olas y provocan que los pinnípedos caigan inevitablemente. Algunas veces las presas son muy hábiles y salen con vida, pero casi nunca corren con suerte.
Las orcas pasan gran parte de su tiempo nadando, alimentándose y jugando. Pueden dedicar hasta el 50% de un solo día a trasladarse de un lugar a otro para encontrar comida. Parte del otro resto lo emplean también para llevar a cabo actividades sociales y de entretenimiento. Aunque se lea como algo cruel, se ha observado a algunos miembros jugar con un animal que ellos mismos capturaron y que ya sin vida, es lanzado por el aire con intención de ser atrapado por otro participante. También pueden hacerlo con animales vivos, los cuales no necesariamente desean comer.
En otros “juegos” se ven involucrados distintos tipos de acrobacias y contactos corporales con la boca. Finalmente el resto del tiempo lo utilizan para descansar y dormir; estamos hablando de dos o tres horas solamente.
Dentro del comportamiento individual podemos mencionar el oteo, los saltos, los golpes en el agua con la cola o aletas y los diferentes sonidos emitidos. Algunos de estos son realizados para visualizar a su presa y como forma de comunicación. Se han visto a ejemplares rozándose con rocas para ayudar a eliminar la materia muerta de la piel.
Tienen la capacidad para cazar muy cerca de las orillas sin quedar varadas, sin embargo, los ejemplares que padecen alguna enfermedad o permanecen débiles por ciertas causas, sí pueden varar y morir en las playas o lugares rocosos.
Al observar a las orcas no imaginamos lo interesante que puede ser su comportamiento individual y su estructura social. Además de ser muy inteligentes, demuestran gran capacidad para trabajar en equipo y proteger a los miembros de su comunidad, tal como lo hacemos los seres humanos.