Orcas en Cautiverio

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Situación de las Orcas en Cautiverio

Inteligentes, carismáticos y curiosos. Los delfínidos, incluida la orca, son animales comunes en muchos acuarios y parques alrededor del mundo, y que entre acrobacia y acrobacia han popularizado una forma de entretenimiento muy llamativa, exitosa y últimamente polémica.

¿Por qué hay orcas en cautiverio?

El mantenimiento de orcas en cautiverio tuvo lugar desde principios de la década de 1960 y a través del tiempo numerosos individuos han vivido en varios acuarios. Muchas orcas fueron capturadas en su hábitat natural y después transportadas, pero otras han nacido, crecido y muerto en un acuario. En la actualidad se estima que existen más de 40 orcas en estado cautivo.

Los delfínidos son animales muy inteligentes y sociables y tienen la facultad de aprender de forma rápida. Gracias a su capacidad para imitar a otros, realizan acrobacias coordinadas en los parques acuáticos y la gente acude en masa para observarlos en acción.

El comportamiento juguetón de las orcas es natural pues cumple funciones preponderantemente comunicativas. Muchos movimientos son útiles para efectos reproductivos y alimentarios. En los parques o acuarios, las orcas reciben un entrenamiento basado en un proceso estímulo-respuesta para lograr que realicen espectaculares movimientos que encantan a las personas.

Los lugares donde se mantiene a las orcas afirman ser centros de entretenimiento, educación y hasta investigación en los cuales las orcas reciben sendos cuidados por parte de un personal profesional y cualificado en el tratamiento de estos grandes cetáceos. Todo parque acuático debe procurar una alimentación adecuada a las necesidades de las orcas, buenos cuidados médicos, condiciones adecuadas para sus dimensiones y necesidades fisiológicas y además, un trato respetuoso con su naturaleza.

El problema del encierro

A raíz de varios ataques a entrenadores, los defensores de animales y la sociedad en general han puesto el cautiverio de orcas bajo el escrutinio. Se asegura que el encierro no es más que una forma de maltrato animal sobre la apariencia feliz, mágica y grandiosa de los espectáculos.

Se tejen muchas historias alrededor de este tema. Los parques han sido acusados de obligar a las orcas a tener comportamientos inducidos y en contextos artificiales, de incentivar su caza violenta, de mantenerlas en condiciones inadecuadas en términos de tamaño del estanque y salud, de interferir con su comportamiento natural, de disminuir su expectativa de vida, etcétera. Tristemente, una de las características de las orcas cautivas es su aleta dorsal atrofiada. Según la organización WDC (Whale and Dolphin Conservation) han muerto al menos 44 orcas en SeaWorld.

Una de las orcas más famosas fue Keiko, quien dio vida a Willy en la película estadounidense Liberen a Willy (1993). Fue capturada en Islandia cuando tenía apenas 2 años de edad, después de ser rescatada de una red de pesca de arenque. A lo largo de su vida pasó por varios acuarios y se acostumbró a la interacción con las personas, pero después de protagonizar el filme la sociedad comenzó a protestar para que se le permitiera la libertad. En 2002 se le reintrodujo en mar abierto, pero nunca se adaptó del todo a la vida salvaje. Rara vez interactuó con otras orcas y nunca se integró a una manada. Keiko murió en 2003, poco tiempo después de su reintroducción.

Un caso más reciente es de Tilikum, una orca cautiva en SeaWorld de Orlando, Florida. Estuvo involucrada en la muerte de tres personas incluidos dos entrenadores con experiencia. Hace algún tiempo se realizó un documental llamado Blackfish, el cual expone los peligros que los animales (y no únicamente las orcas) enfrentan al permanecer en condiciones artificiales y bajo entrenamientos constantes. Peligros para ellos y para los seres humanos. En contraposición, SeaWorld y otros parques han rechazado los proyectos de ley que quieren prohibir el cautiverio de las orcas.

Orcas libres

Las discusiones en torno a este tema están vivas hoy más que nunca. Pero mientras tanto es esencial poner manos a la obra y realizar acciones para proteger a estos animales, cuya naturaleza no debe ser impedida.