Una orca del celuloide
No se puede hablar de orcas célebres sin mencionar a Keiko. Esta orca de profundos vínculos con los seres humanos llevó una corta vida, pero es recordada hasta la fecha por haber sido la estrella de la película Liberen a Willy (1993).
Fue capturada cuando sólo tenía cerca de 2 años de edad frente a las costas de Islandia, en el año 1979. A partir de entonces perteneció a la industria de los parques acuáticos, iniciando su nueva vida en un acuario islandés de Hafnarfjörður. Su nombre es de origen japonés y significa “niña afortunada”, dado que es aplicado únicamente al género femenino.
Tiempo después el acuario islandés vendió a Keiko al parque temático Marineland, en Ontario, Canadá, y se integró a los espectáculos públicos. Sin embargo, comenzó a padecer problemas de salud que incluían lesiones en su piel.
Posteriormente fue vendida al parque de atracciones Reino Aventura, en la Ciudad de México. Durante su estancia ahí, Keiko se convirtió en un animal muy popular y en la principal celebridad del parque. Incluso la cantante Lucero interpretó temas musicales dedicados a la carismática orca.
Pero no todo eran sonrisas y alegría. Keiko había crecido y su tamaño era muy grande para el pequeño estanque donde vivía. Nadaba en círculos, tenía un bajo peso y pronto desarrolló otras lesiones en su piel. Su vida corría peligro.
En los primeros años de la década de 1990, la compañía hollywoodense Warner Bros. inició la búsqueda de una orca entrenada que diera vida al personaje en la película Liberen a Willy (Free Willy) y encontró a Keiko. La orca se “robó” la pantalla al interpretar al amigo de Jesse, el personaje que se encarga de llevar a Willy hacia la libertad.
La situación de Keiko se convirtió una preocupación en tanto los médicos que la revisaron manifestaron que existían probabilidades de muerte si permanecía en Reino Aventura. Muchas personas se unieron a los esfuerzos por salvar a Keiko; se realizaron donaciones públicas y hasta la productora Warner Bros. apoyó económicamente la construcción de un estanque en el Oregon Coast Aquarium, en el estado estadounidense de Oregon. En febrero de 1995 se fundó la Free Willy-Keiko Foundation, gracias en parte a la generosa donación de un millonario.
¡Liberen a Keiko!
En 1996 Keiko fue trasladada por vía aérea hasta el Oregon Coast Aquarium y se adaptó a su nuevo hogar. Durante el tiempo que permaneció ahí recuperó salud y peso y se le comenzó a enseñar a cazar. No obstante, esto no era suficiente.
Se tenía la intención de regresar a Keiko a su hábitat natural, tal como en la película, y se inició una campaña mediática para lograrlo. Consecuentemente se le entrenó para la vida en aguas abiertas, pues la orca había pasado casi toda su vida en cautiverio y dependía de los seres humanos en muchos aspectos.
En 1998, cuando Keiko recuperó la salud, fue trasladada a la Bahía Klettsvik de Islandia para continuar con su entrenamiento de reintroducción a la naturaleza, a la que parecía responder favorablemente. Incluso comenzó a relacionarse con otras orcas de la región.
En agosto de 2002, Keiko finalmente fue liberada por completo y viajó a través del océano hasta aguas noruegas. Apareció en una comunidad de dicho país e interactuó favorablemente con los seres humanos, pero los responsables de su liberación manifestaron estar preocupados por su inherente vínculo con el hombre y su escaso éxito de introducción a una manada.
En su viaje hacia la libertad, Keiko falleció por una neumonía en diciembre de 2012, tras haber mostrado signos de enfermedad y sin haber cumplido los 30 años de edad.
El fallecimiento de la orca dio la vuelta al mundo y elevó los argumentos en contra del cautiverio de los animales. Hasta el día de hoy, Keiko sigue presente a través del cine y en la memoria de quienes lucharon por su liberación.
*La imagen no corresponde a Willy.