Ancestros de las Orcas
Las orcas son las únicas especies pertenecientes al género Orcinus. En el año 1758, el naturalista sueco Carlos Linneo, incluyó a estas especies marinas en su libro «Systema naturae» dando así la pauta para posteriores investigaciones sobre este y otros cetáceos.
La especie Orcinus orca pertenece al suborden Odontoceti que coloquialmente se conocen como cetáceos dentados, lo cual los separa de los misticetos o cetáceos barbados. La familia Delphinidae a la que pertenecen, comprende también a los delfines, falsas orcas y calderones.
Se dice que todas las ballenas, marsopas y delfines descienden probablemente de animales terrestres carnívoros que formaban parte de la fauna de hace 60 millones de años, es decir, durante el Paleoceno; estos son conocidos como mesoniquios y en base a sus fósiles han sido recreados digitalmente para conocer su posible apariencia. Las relaciones entre estos animales terrestres con las actuales orcas fueron observadas en la dentadura, cráneo y en otras estructuras morfológicas.
Los mesoniquios tenían una longitud similar a la de un lobo pero sus patas eran unguladas. Debido a sus necesidades de alimentación comenzaron a adentrarse poco a poco al agua y en un proceso evolutivo que llevó millones de años, desarrollaron aletas, perdieron el pelaje y la forma de sus dientes se fue modificando hasta conseguir un diseño anatómico totalmente adaptado a la vida marina.
Por otra parte, estudios científicos alternos, afirman que los cetáceos tienen una estrecha relación con los hipopótamos. Los cetartiodáctilos (Cetartiodactyla) son un clado que relaciona a los cetáceos con los artiodáctilos. Se dice que los hipopótamos son la muestra más clara de cómo pudieron ser los primeros cetáceos que poblaron la tierra y que por diversos factores evolutivos fueron adaptándose hasta ser lo que vemos hoy en día.
Adentrándonos un poco a tiempos más actuales, se dice que el nombre de ballenas asesinas fue una mala traducción realizada por balleneros vascos que vieron a un grupo de estas especies capturando a su presa de una manera muy ingeniosa. Actualmente este término de “asesinas” intenta no ser utilizado por grupos conservacionistas, debido al hecho de que puede mal interpretarse el comportamiento de estos animales hacia el ser humano, optando simplemente por llamarlas orcas.
Existen otros cetáceos que se relacionan con las orcas en ciertos aspectos, pero morfológicamente son distintos y su distribución comprende solo algunas regiones del mundo. Estos son la falsa orca (Pseudorca crassidens), la orca pigmea (Feresa attenuata), el calderón común (Globicephala melas), el calderón tropical (Globicephala macrorhynchus) y el delfín cabeza de melón (Peponocephala electra). Algunos de estas especies mencionadas no han sido estudiadas en su totalidad, pero se cree que pueden compartir más similitudes con la Orcinus orca.
Entre las orcas comunes se han identificado varias poblaciones que presentan diferencias en patrones de coloración en la piel, en la dieta, en los patrones de asociación y rasgos anatómicos. Se habla de posibles subespecies que debido a sus necesidades naturales han desarrollado notables características que les permiten adaptarse y sobrevivir a su ambiente. Tal hipótesis sigue siendo tema de interés para los científicos que pretenden encontrar el por qué de estas variantes.
Una pregunta que nos podría surgir al leer todo lo que se ha documentado, es si existe la posibilidad de que las orcas sigan adaptándose a los cambios ambientales que la tierra está sufriendo hoy en día a consecuencia del calentamiento global. ¿Esas llamadas subespecies o poblaciones separadas serán muestra de que algunos ejemplares se están adaptando? ¿cambiará el aspecto de las orcas en algunos años? eso es algo que probablemente las futuras generaciones lo podrán asegurar.